Hablamos con Oussama, joven atendido en la Residencia Socioeducativa ‘La Villa’ de Fundación Diagrama, gestionada en Villena (Alicante) a través de un contrato de gestión integral con la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana, acerca de su día a día en el centro y de una experiencia vital que le ha marcado recientemente de una forma especial.
¿Cómo describirías tu experiencia en ‘La Villa’?
Mi experiencia en el centro es muy positiva. He vivido aquí casi 2 años y medio y he aprendido muchas cosas de la vida para ser mejor persona.
¿Cómo es el día a día con tus compañeros?
En el día a día seguimos unas rutinas de trabajo y de convivencia en las que participamos en distintas tareas que nos permiten aprovechar nuestro tiempo y aprender distintas habilidades. Dentro de nuestro hogar hacemos labores como lavar la ropa o fregar con las que aprendemos a llevar una vida independiente. Por ejemplo, un día a la semana realizamos nosotros mismos la cena. Los jueves, el personal educativo prepara una excursión especial. Por ejemplo, ya hemos ido al Plano de Sax o la playa del Altet.
¿Y con los profesionales del centro?
Mantengo buena relación con todos. Se interesan por mis inquietudes y necesidades, dándome muchos consejos que me podrían ayudar en un futuro. Es una relación muy cercana.
¿Cuál es el mayor aprendizaje que has obtenido hasta la fecha en ‘La Villa?
Que es importante valorar la vida y lo que uno consigue, intentando mejorar día a día para tener un buen futuro.
Y de cara al futuro, ¿cómo lo imaginas? ¿Qué perspectiva tienes?
Me gustaría conseguir un trabajo estable, tener a mis seres queridos cerca y poder formar una familia.
Si pudieras darle un consejo a todos aquellos jóvenes que se encuentran en tu misma situación, ¿cuál sería?
Es importante que tengan un buen comportamiento y que intenten no pensar mucho en cosas negativas. También les diría que se centraran en el lado positivo de su situación y que buscaran actividades que les motivaran, enfocarse en un objetivo y hacer lo posible para alcanzarlo. Que piensen que su paso por una residencia puede ser un cambio positivo en su vida, así que deben aprovechar para formarse y prepararse todo lo que puedan.
Recientemente has vivido en una experiencia muy intensa, participando en el rescate de una madre y su hija que se estaban ahogando en la cala de La Llobella (Benissa). ¿Cómo lo viviste?
Durante una salida de fin de semana, estaba en la cala de La Llobella con dos amigos pasando la tarde y de repente vimos a una niña y una mujer pidiendo socorro dentro del agua. Me lancé enseguida a sacar a la mujer y uno de mis amigos hizo lo mismo con la niña. El otro se lanzó para ayudarme porque la mujer estaba inconsciente y nos estábamos hundiendo. Al final pudimos sacarla, dejándola sobre una roca y presionando su pecho hasta que comenzó a vomitar. En ese momento pasó una pareja y llamaron a la ambulancia. Hasta que llegó la ayuda de los profesionales, estuvimos atendiendo nosotros a la mujer y a la niña. Además, la hermana de la mujer estaba bañándose cerca de la zona y vino al oír el jaleo. En un primer momento se quedó muy impactada al reconocerla y después nos agradeció la ayuda.
¿Qué pensaste en los momentos previos a lanzarte al agua?
Pasó todo muy rápido, no pensé en nada, simplemente me lancé al agua para ayudarla. Fue el primer impulso que me vino, ya que se encontraba en peligro.
¿Tuviste oportunidad de hablar posteriormente con la mujer y su hija?
No pudimos hablar con ella porque se la llevó en la ambulancia y ya no la vimos. Ella nos buscó después en redes sociales, agradeciéndonos la ayuda con unas palabras en Instagram.
¿Qué te han dicho tus compañeros de ‘La Villa’ sobre este suceso?
Todos se han alegrado y me han felicitado. Me han hecho ver que podría haber sido cualquiera quien necesitara ayuda y que es importante que siempre haya personas dispuestas a colaborar en estas situaciones de peligro. El viernes 11 de septiembre, todos mis compañeros y los profesionales del centro me hicieron varias pancartas y me regalaron dibujos y un cuadro dedicado como homenaje. Además, me recibieron todos en el patio y me dedicaron un aplauso muy fuerte, lo cual fue muy emocionante y me hizo sentir muy orgulloso. Luego pude agradecerles el detalle.
¿De qué forma crees que te ha cambiado esta experiencia a nivel personal?
Me ha servido para creer más en mí y mejorar mi autoestima. Te hace pensar en lo que verdaderamente es importante en la vida y que en ocasiones nos ofuscamos por cosas que no son para tanto.