Dentro de la amplia oferta de actividades de ocio que pueden realizarse en verano, los campamentos suelen ser una oportunidad muy enriquecedora tanto para el ocio positivo como para fomentar la autonomía personal y social de las personas jóvenes y su capacidad de integración y convivencia. En este sentido, tres de los hogares de acogida gestionados por Fundación Diagrama en la Región de Murcia, y dependientes de la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad, han organizado dos eventos de este tipo durante los meses de julio y agosto.
Por un lado, cuatro jóvenes del hogar 'Arrui' de Molina de Segura pasaron el último fin de semana de julio en el Camping Palm-Mar de Guardamar del Segura (Alicante) junto a dos de sus educadores. Las chicas se instalaron en una caravana donde organizaron todos los utensilios que llevaban y en una tienda de campaña que montaron entre todas. Durante los dos días disfrutaron de la playa y de las fiestas del pueblo, charlaron sobre sus experiencias frente al 'fuego de campamento' y se relacionaron de forma normalizada con el resto de campistas colindantes a su parcela. Todo ello en un ambiente de ocio saludable y de actividades al aire libre que es muy distinto al que están acostumbradas a vivir, por lo que les ha parecido una experiencia tan divertida y positiva que están deseosas de repetirla.
Algo similar vivieron los 31 jóvenes (10 chicas y 21 chicos de edades entre 12 y 17 años) de los hogares 'Ankaso Molina' y 'Suñu Keur' durante la semana del 11 al 18 de agosto, que pasaron junto al equipo educativo de ambos recursos en el Campamento Juvenil Jaume I, ubicado en la localidad de Alcossebre (Castellón). Durante esos días, este grupo heterogéneo en edad, sexo y nacionalidad pero unido por el buen ambiente y las ganas de aprovechar el viaje de forma saludable, se alojó en cabañas de madera al borde del mar, rodeados de naturaleza que podían admirar y disfrutar.
La programación del campamento incluyó un amplio abanico de actividades deportivas, lúdicas y culturales, desarrolladas tanto en Alcossebre como por diversas localidades castellonenses. De este modo, además de disfrutar de una semana de desconexión y diversión, las personas jóvenes pudieron visitar diversos enclaves geográficos de la zona y admirar el patrimonio cultural e histórico de la provincia de Castellón, con ejemplos tan emblemáticos como el Castillo Palacio de Peñíscola o la Torre de San Vicente en Benicassim.
El resultado ha sido, de nuevo, muy positivo: se han fortalecido vínculos entre las personas jóvenes y se han creado unos nuevos, se han desenvuelto con autonomía y responsabilidad, han conocido nuevos lugares y personas que les han motivado, interesado y emocionado, y, sobre todo, han disfrutado de la experiencia en todo momento. A su vuelta a sus respectivos hogares, se ha notado cómo habían incorporado todos los valores y emociones aprendidas a su día a día, lo que ha conseguido reforzar su convivencia.