Hablamos con uno de los jóvenes atendidos en el centro de internamiento ‘Medina Azahara’ de Córdoba, dependiente de la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local de la Junta de Andalucía y gestionado por Fundación Diagrama, acerca de su incorporación al equipo de trabajo del restaurante Casa Mari Paz, su proceso de inserción sociolaboral, su experiencia en el recurso y sus perspectivas de futuro.
¿Cómo definirías tu relación tanto con los compañeros como con el equipo de profesionales del centro?
Pasas por momentos buenos y malos. La convivencia es eso. Hay desencuentros que acaban en discusiones como los hay en cualquier relación con tu familia o con tu pareja. Con los compañeros con quien más trato tengo son con algunos de los que trabajan en Casa Mari Paz. Allí el ambiente es bueno y creas una relación de más amistad que la que puedes tener en el centro.
¿Cuándo decidiste que querías formarte a nivel profesional?
Cuando entré en el centro comencé a prepararme para sacarme la ESO. Y lo he conseguido este año. Pero sabía que cuando saliera en libertad, si quería trabajar, debía buscar más experiencia. Aquí me hablaron de un compañero que estuvo en el centro antes que yo, que empezó trabajando en la hostelería y acabó siendo maître en un hotel en Córdoba. Yo quería esa vida.
Antes de llegar a ‘Medina Azahara’ habías trabajado en el mundo de la hostelería como camarero de barra y en cocina. ¿Cómo fueron aquellos años?
Mi familia se dedica a la hostelería: mi madre, mis abuelos, etc. Tienen un restaurante en Fuengirola. Yo ayudaba como camarero y en la cocina. Ahí fue donde me di cuenta de que me gustaba más la cocina.
¿Cómo viviste toda la fase de formación previa a tu contratación en el restaurante Casa Mari Paz?
Yo ya tenía experiencia como camarero, pero no tenía nada que pudiera demostrarlo, así que mientras sacaba la ESO me formé en el Portal Joven, donde realicé el curso de Manipulador de Alimentos, el de Servicio Básico de Restaurante y Bar y el de comunicarse en inglés en servicios de restauración, añadiéndolo después a mi currículum.
¿Cómo es tu día a día en el restaurante? ¿Qué es lo que más disfrutas?
El día a día es muy divertido. Pasa mucha gente por allí y son muy agradables. El ambiente de trabajo con los compañeros y compañeras es muy bueno. Maripaz además es una excelente persona. Lo ves en cómo trata a los demás. Siempre se preocupa por cómo estamos, nos pregunta si hemos descansado…
¿Cómo ves tu futuro? ¿Qué expectativas laborales tienes?
Pues Maripaz me ha hecho indefinido en la empresa. Así que de aquí a que salga me veo trabajando en este restaurante. Una vez acabe la medida tengo que pensarlo aún. Por un lado quedarme en Córdoba me dará la oportunidad de salir de donde estaba y tener una vida más ordenada, pero por otro supone dejar atrás a mi familia y no sé si estoy dispuesto.
¿Qué consejo le darías a las personas que se encuentran en una situación similar a la tuya cuando entraste en el recurso?
Pues les diría que se fijen una meta y traten de conseguirla: estudiar, trabajar, lo que sea. Que no se dejen llevar por el aburrimiento o por no saber qué hacer. Teniendo objetivos, la cosa pasa más rápido.
¿Cómo crees que ha sido tu evolución personal y profesional tras formarte y encontrar un puesto de trabajo por tu propia valía?
Me cuesta trabajo reconocerme a mí mismo las cosas. Lo que más me pesa, a lo que más valor le doy, es a que mi madre ahora está orgullosa de que el dinero que consigo es legal. Antes veía chavales de mi barrio con vidas normalizadas y, aunque yo tenía más dinero y menos responsabilidades, en el fondo me pesaba que mi madre no lo veía bien.
¿Qué ha supuesto Fundación Diagrama para ti?
Pues, aunque a veces discuto, reconozco que lo que he conseguido aquí no lo habría hecho solo en la calle. Aprecio mucho la ayuda de las personas que trabajan en Fundación Diagrama. Al final ha sido bueno para mí.