En la reunión anual sobre Derechos del Niño, moderada por Laura Dupuy, presidenta del Consejo de Derechos Humanos, se debatió sobre menores en conflicto con la ley. Como testimonio de esta realidad, Antonio, antiguo usuario de ‘La Villa’ contó cómo recuperó “las riendas” de su vida en este centro reeducativo de Fundación Diagrama, dependiente de la Consellería de Justicia y Bienestar Social de la Generalitat Valenciana.
El pasado 8 de marzo, la sala XX del Palacio de las Naciones de Ginebra, albergó la reunión anual sobre Derechos del Niño, que este 2012 versó sobre Menores y Administración de Justicia. El discurso de apertura corrió a cargo de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay, y como primera intervención, se contó con el testimonio de Antonio, un antiguo usuario del Centro de Reeducación La Villa de Villena (Alicante).
Junto al joven, intervinieron Susan Bissell, jefa de la Sección de Protección de Menores y directora asociada de la División de Programas del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia; Jorge Cardona, miembro del Comité de Derechos del Niño y profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de Valencia; Julia Sloth Nielsen, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Western Cape (Sudáfrica) y miembro del Comité Africano de Expertos sobre Derechos y Bienestar de la Infancia; Connie De la Vega, profesora y directora del Centro Internacional de Derechos Humanos de la Universidad de San Francisco; y Renate Winter, juez de la Sala de Apelaciones de la Corte Especial de Sierra Leona.
Antonio, que acudió a esta reunión acompañado por Daniel Navalón, director del Área de Intervención Psicosocial de Fundación Diagrama, narró su experiencia de varios años en centros reeducativos. Su internamiento, se produjo tras haber delinquido cuando tenía 16 años, después de una infancia y adolescencia “inestables” y su relación con entornos delincuenciales y de consumo de sustancias tóxicas, circunstancias que provocaron el deterioro de sus relaciones familiares.
El joven, que en la actualidad tiene 27 años, quiso agradecer el apoyo de su pareja, una chica que le ha aportado la “estabilidad y el desarrollo personal” actuales, y contó que, aunque en este momento se encuentra en situación de búsqueda activa de empleo, desde su salida del centro no ha dejado de trabajar, dedicándose a ocupaciones que van desde la construcción, a la restauración, pasando por la carpintería y la mensajería urgente.
“Lo que empezó como lo peor que me podía ocurrir, acabó ofreciéndome nuevas oportunidades, y sobre todo, permitiéndome aprender a recuperar las riendas de mi vida y mi capacidad para elegir”, declaró el joven sobre su estancia en el centro reeducativo, añadiendo que allí le enseñaron a pensar en las consecuencias de sus actos, y el daño infligido a sí mismo y a quienes le rodean, “a quienes más queremos”.
Su estancia en centros reeducativos gestionados por Fundación Diagrama, le enseñó, según sus palabras, a valorar a las personas que le quieren y el tiempo que pasa con ellas, así como a convivir con personas muy diferentes, y a respetar las normas que hacen que esa convivencia sea posible.
A pesar de su desinterés previo en los estudios, durante su estancia en La Villa, Antonio consiguió graduarse en E.S.O. y obtuvo varios títulos de talleres formativos prelaborales de albañilería y jardinería, realizando además cursos de búsqueda de empleo que facilitaron su aproximación al mundo laboral.
“Por todo ello, siempre estaré agradecido al personal de Fundación Diagrama por todo el apoyo y atención recibida, y por darme la oportunidad de empezar de nuevo, de salir de esas situaciones con la cabeza alta” expresó Antonio a modo de conclusión, extendiendo su agradecimiento al Comité de Derechos Humanos por permitirle contar su experiencia, y por el “trabajo que realizan en todo el mundo para conseguir la plena integración social y laboral de jóvenes en una situación difícil”.
Tras las intervenciones iniciales, llegó el turno de preguntas y aportaciones de los distintos países. Como respuesta a la cuestión formulada por la representante de la Unión Europea sobre medidas de prevención para disminuir el número de niños en conflicto con la ley, Antonio remarcó la importancia de concienciar en los colegios a los jóvenes para que no consuman sustancias tóxicas, de las consecuencias de este consumo, así como de la disrupción que suponen las malas compañías en el desarrollo personal. Concretamente, sobre la intervención en el centro, destacó la importancia del afecto, la ayuda, el apoyo y el respeto de los educadores, los trabajadores sociales y los psicólogos. Todos ellos, a través del “cariño, el diálogo y la comprensión” juegan un papel crucial para desarrollar la autoestima, para llegar a valorarse a uno mismo, y para entender la necesidad del establecimiento de normas y límites.
Sobre la referencia del representante de Austria a la “valiente intervención” de Antonio, y sus dudas acerca del estigma y los prejuicios hacia los menores que han cometido una infracción, el joven quiso confirmar que esos prejuicios existen, pero con constancia, valor, decisión y el apoyo de la familia “se puede salir adelante”, encontrar un trabajo y cambiar esa percepción social.