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Del 23 al 29 de septiembre, el equipo del centro educativo ‘Ciudad de Melilla’ organizó una serie de actividades centradas en la práctica deportiva, el medio ambiente y los hábitos saludables con motivo de la Semana Europea del Deporte y la Movilidad, una iniciativa de la Comisión Europea para promover la vida sana, el ejercicio físico y las buenas prácticas en eficiencia energética y movilidad sostenible. Todos los jóvenes que cumplen medidas judiciales en este centro, dependiente de la Consejería del Menor y la Familia del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla, tomaron parte en una o varias de las iniciativas propuestas.
La programación comenzó el 23 con un taller dentro del aula en el que los jóvenes aprendieron a leer las etiquetas nutricionales de los alimentos, con el objetivo de ser capaces de distinguir los que son realmente saludables y los que no. Además, realizaron una actividad en la que pudieron ver en gramos la cantidad de azúcar que llevan varias bebidas. Esta información les sirvió para llevar a cabo la actividad del día 27, consistente en elaborarse su propia merienda saludable siguiendo una receta que incluía yogur griego light, copos de avena, crema de cacahuete y frutos rojos.
Por su parte, el día 25, un grupo de jugadores del Club Balonmano Melilla Virgen de la Victoria visitó el centro para compartir sus vivencias personales y deportivas con los jóvenes, dándoles ejemplos de superación, compromiso y valores deportivos. Posteriormente jugaron un partido de balonmano con los chicos, resultando el encuentro muy enriquecedor para ambas partes.
El jueves 26, algunos de los jóvenes participaron en una yincana en el Parque Forestal Juan Carlos I Rey. El personal del centro había escondido previamente 8 adivinanzas sobre nombres de frutas, verduras y hortalizas por toda la zona, que los chicos tuvieron que encontrar y resolver para poder superar la prueba. Otra actividad al aire libre puso el broche final a esta programación, ya que el domingo 29 se organizó una ruta de senderismo por el río Nano y los aledaños de los Pinares de Rostrogordo. Durante el trayecto pudieron disfrutar de la riqueza de la biodiversidad autóctona de la zona mientras ponían en valor el cuidado de los espacios protegidos para preservar el medio ambiente.
