Durante el último año, el equipo de Fundación Diagrama ha atendido a un total de 32 personas con problemas de adicción y/o patología dual (22 hombres y 10 mujeres) a través del Programa Ambulatorio Nocturno de Alicante, financiado por la Fundación "la Caixa". Esta iniciativa ofrece un espacio fuera del horario laboral para iniciar, mantener y reforzar la abstinencia de sustancias atendiendo a las necesidades sociales, familiares y personales de cada persona usuaria, contribuyendo así a su inclusión social.
El proyecto se ha llevado a cabo en las instalaciones del centro de día ‘Levante’ de Fundación Diagrama, así como en el Centro de Inserción Social y la Unidad de Madres Irene Villa, ambos situados en el Centro Penitenciario Alicante I, al tratarse de personas del ámbito penitenciario en distintos regímenes de libertad o privación de libertad. La colaboración con estas instituciones y con otras entidades ha sido muy valiosa para adaptar la intervención a distintos contextos e identificar los desafíos específicos de cada uno de ellos.
El proceso que se sigue en el programa comienza con una evaluación de las personas usuarias, en base a la cual se define un plan de tratamiento individualizado. Este plan abarca sesiones semanales de intervención individuales y grupales donde se genera una reflexión personal y un apoyo mutuo entre participantes, lo que les permite adquirir habilidades y estrategias para la gestión emocional. Además, se realizan acciones específicas de prevención, rehabilitación e inserción, se proporciona un servicio de atención, motivación y orientación que incluye también a las familias y se lleva a cabo una labor de seguimiento de todo el proceso.
Adicionalmente a las actividades planteadas, se han adaptado los contenidos de las sesiones en función de las necesidades específicas de la población atendida. Por ejemplo, el grupo de intervención en la Unidad de Madres ha constado únicamente de mujeres, por lo que se ha incluido la perspectiva de género al programa, abordando aspectos del consumo asociados concretamente a las mujeres con esta problemática, como la violencia de género o la estigmatización particular de este colectivo.
Los resultados obtenidos reflejan una mejora en la calidad de vida general de las personas usuarias, que adquieren habilidades para mantener la abstinencia y para manejar y prevenir las recaídas. También se aprecia un aumento en sus redes de apoyo, lo que repercute de forma positiva en estos factores protectores. Además, se trata de una herramienta muy valiosa para que las personas procedentes del ámbito penitenciario se integren a una vida en libertad alejada del consumo o de comportamientos adictivos que en muchos casos estuvieron directamente relacionados con su ingreso en prisión.