Leonardo David Segado, residente desde hace ocho años en el centro sociosanitario ‘Altavida’ de Abanilla (Murcia), de Fundación Diagrama, que cuenta con plazas privadas y plazas públicas concertadas con la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades del Gobierno de Murcia, es un autor prolífico cuyas obras más importantes son poemarios como ‘Cruje’, (Vitruvio, 2010), ‘Satisfacción’ (Vitruvio, 2012), ‘Cerebro’ (Vitruvio, 2012), ‘Tanques y elefantes’ (Vitruvio, 2015), o su última obra, ‘Neumáticos que arden’ (Vitruvio, 2017).
Un conjunto al se podrían haber sumado muchos versos que, confiesa, “he dejado en el tintero por dificultades, ya que no resultaba rentable económicamente, aunque la satisfacción personal es lo que cuenta”. Todas las publicaciones anteriores fueron escritas e imaginadas dentro de las paredes de su habitación, en ‘Altavida’.
“Me ha ayudado mucho el centro. Me han dado todas las facilidades posibles. Para escribir hay que dejar volar la imaginación, volver a los recuerdos. No escribo nunca en servilletas, ni nada similar, escribo siempre en mi cuarto. He escrito muchos poemas a las personas que nos atienden aquí”, nos comenta hablando con mucho afecto de los profesionales de ‘Altavida’.
Hizo la licenciatura de Derecho en su juventud, pero no le gustó al terminar así que decidió tomar un camino distinto y sacarse la carrera de Filología. Allí encontró un ambiente mucho mejor -más belleza- y decidió quedarse en la Facultad de Letras. Así comenzó la trayectoria de un escritor que luchó por ser novelista y que ha terminado evolucionando a poeta. “Con dedicación a aspirar a algo, recuerdo que escribía desde los 20 años, novelas fundamentalmente. Ya en los últimos años me he dedicado exclusivamente a leer y escribir poesía, con el resultado de seis libros publicados, lo que en mi caso equivale a unos 900 poemas.”
Dentro de sus influencias artísticas encontramos autores como Carlos Barral, José Ángel Valente, Dámaso Alonso o Antonio Machado, poetas que han supuesto una inspiración directa en muchos de sus versos. A través de su lectura, Leonardo aprendió a amar la poesía, la cual describe como “belleza, mujer, música”.
Las líneas de su poemario se asemejan a un diario personal cifrado, palabras que confiesan la leyenda terrenal desde la mirada especial del poeta. “Hay que trascender, sugerir y no ser explícito, si no incurres en lo narrativo que es materia distinta. Es una poesía existencialista. Soy yo mismo en la inmensa mayoría de los poemas”.
Leonardo o ‘Leo’, como le gusta que le llamen en ‘Altavida’, describe su poesía como una introspección íntima, una abstracción genial que le permite ser libre y soñar con nuevos horizontes desde un rincón de su habitación, desde sus versos.
Resbalar
La mano
En el papel.
Comprobar lo que
Va saliendo.
La palabra.
Lo primordial.
Trastea el
Alma