"La afectividad, la convivencia y la formación son factores indispensables en el proceso de socialización y de reinserción social y familiar del menor"
1. Comienza a ser un fenómeno extendido el de los hijos que agreden a los padres, que acosan en los colegios a compañeros y profesores, ¿a qué cree que puede obedecer esta conducta?
Principalmente a que las relaciones familiares han cambiado por completo. El núcleo familiar del que tiene que aprender el menor ha cambiado y en muchas ocasiones no ha sido para bien. A ello hay que sumarle la influencia de los medios de comunicación en la actitud de los menores, sobre todo a través de la televisión, de películas violentas… en las que se ensalza modelos de violencia de todo tipo; se están poniendo como ejemplo a seguir a modelos de persona horribles y eso influye en la conducta del menor.
2. Entonces, los medios de comunicación y la implantación de las nuevas tecnologías en la vida diaria de los menores ¿pueden incidir de manera directa en el comportamiento de éstos?
Por su puesto. Algunos medios deberían intentar, si no dejar de hacer noticias de situaciones extremas, sí intentar pensar en quién va a ser el receptor de la información, porque cualquier cosa que se publique puede llegar a ser un modelo a seguir. Nunca se sabe que efecto puede causar una información contada de determinada forma en una persona determinada.
3. ¿Cómo cree que se pueden atajar las actitudes violentas de los menores y jóvenes?
En cuanto a los menores y jóvenes que se encuentran en nuestros centros, tanto los que llegan por haber sufrido cualquier tipo de violencia o por orden judicial, y que llevan a cabo una convivencia en los mismos, sobre todo, han de recibir cariño por parte de los cuidadores; estos chicos están muy faltos de ese cariño, de contacto humano, algo fundamental en el proceso de inserción. Por otro lado, se les ha de hacer ver que son verdaderamente útiles, que son personas capaces de conseguir lo que se propongan y que tiene mucho que aportar allá dónde se encuentren. Por lo que, para poder dar un giro a la persona y conseguir la plena inserción del menor, así como atajar cualquier tipo de actitud violenta, hay que incidir en tres factores determinantes: la afectividad, la convivencia y la formación. Estos tres factores, con un alto componente educativo, son indispensables en el proceso de socialización y de reinserción social y familiar. Ésta es la fórmula para conseguir un cambio.
4. ¿Cómo percibe en la Región el panorama de menores y jóvenes en riesgo de exclusión social?
Es complicado. Hemos vivido situaciones muy diversas, sobre todo a nivel familiar: desde madres que dan a luz de manera reiterada y no se hacen responsables de los niños, hasta padres que no quieren saber absolutamente nada de sus hijos. Podría enumerar un largo rosario de situaciones muy especiales, vividas por estos niños de los que nos hacemos cargo desde la Comunidad Autónoma.
Así, cuando estos niños tienen que salir de nuestros centros y regresar a la calle a realizarse como personas independientes, lejos de volver al núcleo familiar, intentan olvidar la situación familiar y social de la que proceden, omitiendo cualquier tipo de relación con el pasado a fin de llevar a cabo una vida plena.
5. ¿Podrían mejorarse las medidas de prevención de riesgo de exclusión social de los menores y jóvenes, españoles o inmigrantes?
Creo que las medidas de prevención más importantes, a nivel familiar, son muy difíciles de mejorar. La mayor parte de estos menores, ya sean acogidos o cumpliendo medidas judiciales, llegan a este punto a causa de unas situaciones familiares poco adecuadas. Después está el factor social, en el que todos tenemos que ver y es susceptible de ser mejorado, sin lugar a dudas, pero el más influyente es el factor familiar.
6. ¿Existe la infraestructura necesaria en al Región para atajar y subsanar la problemática de este sector poblacional en riesgo de exclusión social?
Estamos trabajando para que esto sea así. Para este año, estamos focalizando nuestros esfuerzos en la tramitación de pisos tutelados y centros, que se sumarían a los ya existentes. Aunque nosotros apostamos por la no utilización de estas infraestructuras, pese a que en determinados casos es imposible no disponer de las mismas. Lo ideal sería que el menor se mantuviera en la familia y se le realizara un seguimiento a través de psicólogos y educadores sociales in situ, iniciativa que ya estamos poniendo en marcha.
Por otro lado, ya contamos con los Puntos de Encuentros Familiares (P.E.F.) en Murcia, Cartagena y Lorca, que vienen a ser un espacio neutral y acogedor donde se facilita el encuentro del menor con el progenitor no custodio o la familia biológica con el fin de cumplir el régimen de visitas, en aquellos casos en que las relaciones son conflictivas; persiguiendo el objetivo de facilitar la relación paterno-filial y garantizando la seguridad y el bienestar del menor en situaciones de conflicto, siendo asistidos en todo momento por psicólogos y educadores sociales. Asimismo, con los P.E.F. pretendemos lograr acercamientos familiares, ya que a veces las tensiones o fricciones familiares imposibilitan que el menor pueda ver a sus padres con normalidad, dado que son muchos los motivos por los que en una casa no pueda existir este tipo de comunicación.
7. ¿Qué opinión le merece la Reforma de la Ley del Menor?
La actual Ley del Menor, pese a que yo fui uno de los que la votaron en su momento, no reúne todos los recursos necesarios para tratar los temas que hoy día envuelven la realidad del menor. En estos momentos, esta Ley, merece una revisión, reflexionar en que se puede mejorar. Muchas veces los menores se acogen a su edad para cometer delitos. Por lo que es el momento justo para hacer una reflexión sobre hacia dónde vamos y hacia dónde queremos llegar.
8. ¿Cómo describiría el trabajo que Fundación Diagrama lleva a cabo en la Región de Murcia?
Fundación Diagrama está realizando, en los programas y centros que gestiona, un trabajo extraordinario, serio y riguroso, muy importante para la sociedad. No hay nada más que ver los resultados. Yo he visitado estos centros y programas y el ambiente es inmejorable. Se lleva a cabo un trabajo de lo más profesional, que es complicado y que se está resolviendo de manera inteligente por profesionales que saben como tratar a los menores y jóvenes en riesgo de exclusión social; y no sólo a nivel de formación, sino abarcando también la faceta afectiva, algo muy importante para estas personas que carecen de la misma. Yo mismo he sido testigo de cómo menores, cuando ven a sus monitores después de su paso por los centros, se abrazan a ellos. Esa es la mejor muestra de que las cosas se hacen bien y con mucho respeto.
9. ¿Cree que a través de este tipo de entidades se puede conseguir una plena inserción sociolaboral del menor?
Es muy difícil una plena inserción, pero para que sea superado cualquier obstáculo hemos de trabajar todos juntos: asociaciones, ONG, instituciones públicas... Se necesita un compromiso por parte de toda la sociedad y, sobre todo, del núcleo familiar, por eso estamos haciendo un gran esfuerzo para que las iniciativas que emprendemos lleguen a buen fin.
Lo ideal sería que no existiesen los centros. Nos gustaría que no se necesitaran, que fuese desde el propio núcleo familiar donde el menor encontrara su sitio: una plena inserción social y laboral, pero no es así. Por lo que, sabemos que los centros que llevan a cabo este trabajo hasta ahora son necesarios y lo están haciendo bien. A lo que también hay que señalar que hemos evitado que muchos menores entren en los mismos gracias a nuestra política de actuación.
10. La empresa privada, a través de su oferta laboral, juega un papel importante en la inserción sociolaboral de los jóvenes en riesgo de exclusión social. ¿Qué iniciativas se están llevando a cabo para conseguir un acercamiento del empresario con este sector poblacional?
Desde la Comunidad estamos trabajando para llegar a acuerdos con la empresa privada a fin de que el menor pueda tener una vida laboral previa a la salida del centro en el que se encuentre. Ya existen experiencias en otras comunidades autónomas y creo que esta iniciativa puede dar un buen resultado. De hecho, a mi me consta que hay empresas que están dispuestas a llevar a cabo este tipo de acuerdo a fin de dar trabajo a estos menores a su paso por los centros, ya sea por estar cumpliendo medidas judiciales o por estar acogidos por la Comunidad. Y es que, el menor ha de sentirse útil, ver otro entorno diferente al que le ha llevado hasta donde está, recibir las posibilidades, a nivel social y laboral, de encontrar un futuro más amable; y a través de este nuevo proyecto, queremos que sea así. Sobre todo porque contamos con que las empresas están dispuestas a respaldar esta iniciativa, por lo que esperamos que dé resultados a partir de 2008.