Desde el mes de febrero, un total de 62 niños, niñas y adolescentes en conflicto con la ley (19 chicas y 43 chicos) y 61 madres y padres de estos jóvenes han participado en las sesiones del Programa de Prevención de Adicciones desarrollado por Fundación Diagrama en los centros de ejecución de medidas judiciales de internamiento que gestiona en las provincias de Ciudad Real, Alicante y Murcia. El programa está subvencionado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
En concreto, han participado 21 menores y 21 familiares del centro educativo juvenil ‘La Cañada’ de Fernán Caballero, dependiente de la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha; 13 jóvenes y 12 familiares de la residencia socioeducativa ‘La Villa’ de Villena, de titularidad de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana; y 14 adolescentes y sus familiares tanto en el centro educativo ‘La Zarza’ de Abanilla como en el centro educativo ‘Las Moreras’ de Murcia, ambos dependientes de la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad del Gobierno murciano.
En las sesiones del programa se trabajan conceptos básicos sobre las adicciones, tanto las que implican consumo de sustancias como las que se refieren a conductas compulsivas (juego, uso del móvil, compras, etc.). Poco a poco se van introduciendo temas más complejos y analizando el origen de estas conductas, los factores de riesgo y los factores de protección, y se van complementando con talleres como la arteterapia o las charlas que ofrecen personas que han pasado por procesos de rehabilitación en el Proyecto Helianthus de Fundación Diagrama en estas provincias. Además, el programa se hace tomando en cuenta la perspectiva de género, lo que permite que los chicos y chicas se hagan conscientes de cómo influye este factor en el desarrollo de este tipo de conductas.
Gracias a este programa se fomenta la concienciación de la juventud sobre las conductas adictivas y se les proporcionan habilidades personales, sociales y familiares para prevenir estos comportamientos, fomentar el cambio de actitud frente a las drogas o reforzar la rehabilitación y la prevención de recaídas, lo que redunda en una mejora de su salud y calidad de vida, así como en una mejora en la comunicación familiar.