Cultivar un huerto es una actividad que ofrece numerosos beneficios para las personas que lo trabajan. Por un lado, están los propios productos obtenidos en el terreno, que son incluso más saludables si se han obtenido de forma ecológica. Por otro lado, se aprenden diversas habilidades y conocimientos relacionados con la agricultura, la naturaleza y el medio ambiente que permiten diversificar el currículo académico. Pero, además, se trata de una actividad muy positiva para ocupar el tiempo libre que se lleva a cabo de forma colaborativa, permitiendo reforzar los vínculos sociales y los valores personales de quienes cultivan la tierra.
En este sentido, el huerto ecológico que están cuidando y cosechando los niños, niñas y adolescentes atendidos por Fundación Diagrama en la residencia de acogida 'Anassim' de Llanera de Ranes (Valencia), de titularidad de la Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda de la Generalitat Valenciana, está resultando un taller muy productivo y gratificante. Durante varios meses, las personas jóvenes han ido plantando y cuidando de distintos tipos de hortalizas y legumbres en los espacios de la residencia, hasta que en marzo y abril han podido recolectar las habas, que han sido las primeras en madurar. Una cosecha tan nutritiva como abundante gracias a los cuidados por parte de los chicos y chicas y a las lluvias de este último mes. Además, en línea con la técnica ecológica usada para este cultivo, las plantas y frutos que se han ido poniendo malos se han usado como compostaje.
Guiadas y asistidas en todo momento por el equipo educativo del centro, las personas jóvenes van a seguir cuidando del resto de hortalizas (cebollas, ajos, varios tipos de lechugas, etc.) hasta poder recolectarlas, en una actividad que está resultando muy enriquecedora para todas las chicas y chicos de la residencia. Con ella están adquiriendo actitudes y valores positivos, conciencia medioambiental y habilidades agrícolas, además de aprender a colaborar, organizarse y trabajar en equipo.