A lo largo del año 2024, un total de 123 personas (96 hombres y 27 mujeres) han participado en el Programa PAIEM de integración social en competencias y desarrollo en habilidades sociales, desarrollado por Fundación Diagrama en centros penitenciarios de Murcia, Castellón y Alicante. Se trata de una iniciativa financiada por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 con cargo a la asignación tributaria del IRPF, y dirigida a personas que se encuentran cumpliendo penas privativas de libertad y presentan, en mayor o menor grado, algún tipo de enfermedad mental o patología dual.
El programa tiene como finalidad fomentar la adquisición de habilidades sociales de las personas usuarias, de cara a que desarrollen una mayor autonomía y mejoren sus relaciones interpersonales durante su periodo de cumplimiento de la pena y su proceso de reinserción social. A lo largo de 16 sesiones, se les prepara para adaptarse a los desafíos de la vida en comunidad, afrontar los acontecimientos vitales y resolver los conflictos familiares o sociales que puedan aparecer, contribuyendo a una integración efectiva en la sociedad.
El PAIEM consta de tres módulos. En el primero se realiza un entrenamiento en habilidades de comunicación y asertividad, abordando la influencia de los pensamientos en la forma de comunicarse y aprendiendo técnicas para facilitar este proceso. El segundo trata la inteligencia emocional y la resolución de problemas, desarrollando acciones para reconocer, expresar y gestionar emociones, mejorar la autoestima y resolver conflictos. En el tercer y último módulo se realiza un entrenamiento en habilidades para la vida autónoma, como las rutinas diarias, la alimentación saludable o la adherencia al tratamiento médico y farmacológico de su patología.
El programa ha tenido unos resultados muy positivos que rebasan los objetivos planteados inicialmente. Entre los indicadores registrados, destaca que el 96% de las personas atendidas han mejorado sus habilidades de comunicación verbal y no verbal de forma positiva, pudiendo así aplicarlas a su vida cotidiana; el 94% han desarrollado competencias emocionales y afectivas que les permiten afrontar y resolver los conflictos de manera no violenta; y el 91% han aumentado sus habilidades instrumentales para la vida independiente.