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Fundación Diagrama ha celebrado esta semana el Día Universal del Niño, que se conmemora el 20 de noviembre, con diversas actividades y coloquios en todos sus centros y programas educativos. Durante esta jornada designada por Naciones Unidas para sensibilizar a la sociedad sobre los problemas que afectan a los menores, los recursos de la Fundación llevaron a cabo charlas dirigidas a los jóvenes atendidos, con el objetivo de que conozcan mejor sus derechos y que debatan y opinen sobre ellos con sus compañeros y con el equipo de profesionales que los atiende.

El Centro Socioeducativo Juvenil de Cantabria organizó el pasado 26 de octubre un taller afectivo-relacional dirigido a los jóvenes internados en este recurso e impartida en cooperación con Asociación Ciudadana Cántabra Anti-Sida (ACCAS). Esta actividad de diálogo grupal y reflexión se desarrolló en el marco de la contribución que realiza esta entidad en los talleres del programa de educación afectiva y de prevención del VIH en jóvenes y grupos vulnerables, que Fundación Diagrama lleva a cabo en colaboración con la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria.

Los días 24 y 26 de octubre tuvo lugar en el centro ‘La Cañada’, situado en Fernán Caballero (Ciudad Real), un curso de primeros auxilios incluido dentro del programa de formación interna para los trabajadores de este recurso educativo. En dicho taller se impartieron nociones básicas, tanto teóricas como prácticas, de intervención sanitaria en caso de emergencia, centrándose en distintas situaciones de riesgo y posibles accidentes que se pueden presentar durante el trabajo diario en un centro de menores.

El pasado 26 de octubre tuvo lugar, en la residencia ‘Nuevo Azahar’ de Archena (Murcia), una jornada de convivencia intergeneracional entre los mayores residentes en este recurso y los jóvenes del centro educativo ‘La Zarza’ de Abanilla (Murcia). La actividad consistió en un taller de jardinería en el que todos los participantes colaboraron para trasplantar claveles y clavelinas en macetas. Los mayores aprovecharon la oportunidad para transmitirles a los chicos y chicas algunas de sus experiencias vitales para ayudarles en su proceso de desarrollo personal, al tiempo que ellos mismos se beneficiaron de los aspectos socializadores del contacto con las generaciones más jóvenes.