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Jóvenes de la residencia de acogida ‘Plana Baixa’ (Castellón) inician las actividades anuales de convivencia del proyecto Endavant Igualtat

El pasado 30 de enero, los niños, niñas y adolescentes de la residencia de acogida general ‘Plana Baixa’ de Nules (Castellón), de titularidad de la Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda de la Generalitat Valenciana y gestionada por Fundación Diagrama, daban comienzo a las actividades de convivencia e inclusión en las que participan cada año junto al equipo Cadete Roda masculino en el marco del proyecto Endavant Igualtat.

Esta iniciativa del Villarreal C.F. busca transmitir valores sociales positivos a los jugadores de sus categorías juveniles, a través de actividades conjuntas que les hermanan con jóvenes en situación de exclusión. Distintos recursos gestionados por Diagrama han ido colaborando en este proyecto cada temporada desde 2016, organizando encuentros periódicos tanto en los centros como en las instalaciones del Villarreal C.F. Además, los chicos y chicas pueden asistir con invitación a los entrenamientos y partidos del primer equipo en el Estadio de la Cerámica.

El punto de partida de la primera actividad del año fue fomentar la autonomía personal y la vida independiente de los adolescentes. Para ello se llevó a cabo un taller de cocina en la residencia donde jóvenes del hogar y jugadores del Cadete Roda elaboraron una merienda sencilla y saludable usando huevos, queso, jamón york, atún, etc. Mientras algunos de los participantes se dedicaban a tareas culinarias, otro grupo se dividió en dos para disputar un partido de Colpbol. Los niños, niñas y adolescentes del hogar practican este deporte en las clases de educación física porque fomenta la máxima participación de todos: al tratarse de un juego de balón al primer toque, se reducen al mínimo las diferencias individuales y se posibilita la colaboración, la comunicación colectiva y un auténtico trabajo en equipo.

Este tipo de actividades permiten a los chicos y chicas de ‘Plana Baixa’ reforzar su integración y socializar con jóvenes de su misma edad con quienes compartir experiencias, ocio positivo y aprendizajes muy diversos. Para los jugadores, por su parte, supone la adquisición de valores como la inclusión y la tolerancia, haciéndoles conscientes de otras realidades y cimentando una personalidad no basada en la competición y la victoria, sino en la colaboración, la inclusión y la participación social.