Hablamos con Juan Carlos Cortés, director de la residencia ‘Nuevo Azahar’ de Archena, y Andrés López, subdirector de la residencia ‘Altavida’ de Abanilla, recursos ambos que cuentan con plazas privadas y plazas públicas concertadas con la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades del Gobierno de Murcia a través del Instituto Murciano de Acción Social y están gestionados por Fundación Diagrama, acerca de sus grupos musicales, Síndrome Amok y Dire Strices, de los conciertos que han realizado en los centros y de la importancia que tiene la música en la vida de las personas a las que atienden.
¿En qué momento y cómo nacen vuestros respectivos proyectos musicales?
Andrés: Después de 20 años alejado del mundo de la música, en 2008 retomé con un amigo de la infancia un viejo deseo de formar una banda para hacer versiones de Dire Straits.
Juan Carlos: Síndrome Amok nace hace más de 10 años. Como banda se termina de crear en 2017. Del mismo modo, Andrés y yo nos conocemos por trabajo y colaboro con el proyecto de Dire Strices.
¿De qué forma surge la idea de ofrecer conciertos en algunas de las residencias que gestiona Fundación Diagrama?
Andrés: Habitualmente se realizan actividades musicales en el centro, pero, ¿por qué no llevar a los usuarios de concierto, fuera del centro? Así lo hicimos, en el primer espectáculo que ofrecimos tuvimos la oportunidad de llevar a las personas atendidas al auditorio municipal de Abanilla. La experiencia fue magnífica.
Juan Carlos: Creemos que con muy poco pasan un día que para ellos supone mucho, agradeciéndotelo y recordándolo todos los días.
¿Qué es lo que más disfrutan los usuarios en vuestros conciertos?
Andrés: Probablemente el hecho de que seamos nosotros los músicos.
¿Cómo creéis que influyen estos conciertos en el estado de ánimo de los usuarios?
Andrés: Les ilusiona que pensemos en hacer un concierto solo para ellos. Lo perciben como una muestra de atención muy especial desde el centro.
Juan Carlos: Está demostrado que la música influye en el estado emocional.
¿Cuál ha sido el momento más emotivo que habéis vivido en alguno de estos conciertos celebrados en las residencias?
Andrés: El primer concierto en Abanilla. Todos los usuarios bailaron y aplaudieron con mucho entusiasmo.
Juan Carlos: Hicimos un concierto para los usuarios del centro ‘Cristo de los Mineros’ de La Unión y fue una experiencia muy emotiva. Emociona mucho verlos tan contentos.
A pesar de la experiencia, ¿os seguís poniendo nerviosos antes de salir al escenario?
Andrés: Siempre hay responsabilidad, pero nervios no.
Juan Carlos: Como yo digo, los nervios te mantienen alerta. En mi caso aparecen únicamente en el instante antes de empezar a cantar. Después va todo rodado y tranquilo.
El público de estos conciertos os conoce muy bien desde un punto de vista profesional. ¿Creéis que cambia de alguna forma la visión que tienen de vosotros tras estas actuaciones? ¿Os hacen muchos comentarios al respecto?
Andrés: Quizá es una forma de acercarnos más si cabe a ellos. Nos hacen preguntas sobre música y nos muestran su agradecimiento. Siempre que te ven por la residencia preguntan cuándo repetiremos.
¿Qué sensaciones tenéis cuando finaliza el concierto?
Andrés: Es una emoción muy grande. Te sientes muy reconfortado.
Juan Carlos: Es difícil explicar la sensación y la euforia que se vive.
¿Cuáles son las canciones que más disfrutan los usuarios? ¿Habéis notado algún tema que se pueda considerar ya como infalible?
Andrés: Es curioso, si te fijas en ellos durante el concierto notas como viven o sienten las canciones dependiendo si son más lentas o no. Hay un par de temas emblemáticos que siempre funcionan: ‘Sultans of Swing’ y ‘Walk of Life’.
En algunos casos, estos conciertos también suponen una conexión a través de las canciones con algunos de los momentos más inolvidables de toda una vida. En este sentido, ¿hasta qué punto creéis que la música juega un papel fundamental en la trayectoria vital de las personas?
Andrés: Absolutamente fundamental. Todos tenemos una banda sonora de nuestra vida. En este sentido, las canciones despiertan sentimientos, recuerdos, vivencias...
Juan Carlos: Como hemos comentado antes, la música, aparte de arte, es un estado emocional, por así decirlo. Te acompaña y te ayuda en momentos difíciles. Para mí es una vía de escape y una forma de vida.
¿Esperáis continuar realizando conciertos similares próximamente? En ese caso, ¿os gustaría ir probando nuevos formatos o repertorios?
Andrés: Hasta ahora lo que hemos hecho ha sido traer a los conciertos las canciones de nuestros actuales proyectos musicales, pero nos gustaría experimentar con otro tipo de repertorio pensado en canciones que traigan a los usuarios un poco más de esa banda sonora de la que hablábamos antes.
Vuestros conciertos dinamizan mucho la vida en las residencias, pero, ¿cuál es la mayor recompensa para vosotros de estas actuaciones musicales?
Andrés: Me parece que el poder cambiar la rutina de los usuarios, hacer que sean ellos los que van de concierto como cualquier otra persona y propiciar esos sentimientos a través de la música es la mayor recompensa que se puede esperar.
Juan Carlos: Como dice Andrés, la recompensa es verlos felices. Ojalá podamos repetir a lo grande.