En el marco de los proyectos de intervención individualizados de los centros de ejecución de medidas judiciales, las salidas y excursiones educativas y de ocio juegan un papel fundamental tanto para reforzar conductas positivas como para ampliar los conocimientos sobre su entorno de las personas jóvenes. Por un lado, se transmiten una serie de valores educativos; por otro, pueden despertar la curiosidad por ámbitos en los que pueden desarrollarse; y, además, son una oportunidad para integrarse socialmente. En estos parámetros giran las últimas salidas organizadas por el equipo del centro educativo juvenil ‘La Cañada’ de Fernán Caballero (Ciudad Real), dependiente de la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha y gestionado por Fundación Diagrama.
El pasado 28 de mayo, cuatro menores pudieron disfrutar de una jornada de puertas abiertas en la Base de Helicópteros Coronel Sánchez Bilbao de la localidad de Almagro. Este evento permitió a los jóvenes explorar las instalaciones de la mano del personal militar y conocer de cerca los vehículos y el equipamiento, pudiendo subirse a los helicópteros y sentirse como verdaderos pilotos por un día. La jornada incluyó demostraciones dinámicas, donde los menores observaron maniobras acrobáticas de vuelo y tuvieron la oportunidad de interactuar con efectivos de la Guardia Civil y otros cuerpos de seguridad, quienes compartieron con ellos aspectos importantes de su labor de protección y servicio a la comunidad.
Unos días después, el 1 de junio, un grupo de siete menores del centro viajaron junto a sus educadores a la capital para visitar la ciudad deportiva del Real Madrid en Valdebebas. Allí hicieron un recorrido por las instalaciones deportivas y disputaron un torneo organizado por la Fundación Real Madrid, en el que participaron jóvenes de los distintos centros educativos donde la entidad organiza escuelas sociodeportivas de fútbol y baloncesto.
La iniciativa parte de un programa de integración social, convivencia y promoción del deporte que busca inspirar a las personas jóvenes a seguir un estilo de vida saludable. La competición permitió a los equipos demostrar sus habilidades en diversas disciplinas, fomentando valores como el respeto, el trabajo en equipo y la superación personal. El día concluyó con una entrega de premios donde cada joven recibió un reconocimiento por su esfuerzo y dedicación.
La asistencia a este tipo de actividades de ocio depende en gran medida del comportamiento mostrado por las personas jóvenes durante el año y de que cumplan los objetivos de su plan educativo. Esto hace que los chicos y chicas se motiven y se esfuercen en cumplir con sus obligaciones y responsabilidades. El resultado siempre es gratificante y positivo, sobre todo en aquellos casos que no podrían realizar estas actividades en otras circunstancias, debido a su entorno socioeconómico y familiar.