La lucha contra la adicción no solo transforma vidas, sino que también crea un efecto en cadena que beneficia a la sociedad en su conjunto, y ése es uno de los principales objetivos del Programa Ambulatorio Nocturno de Murcia, que trabaja en la rehabilitación e incorporación social de personas con problemas de adicción en un horario que posibilita la conciliación social y laboral y mejora el proceso del tratamiento. Este servicio psicoterapéutico, desarrollado por Fundación Diagrama con la financiación de la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad del Gobierno de Murcia, ha contado este año con 36 personas usuarias derivadas principalmente por el Centro de Atención a Drogodependencias de Murcia y por el Centro de Inserción Social ‘Guillermo Miranda’.
Con el apoyo del equipo de profesionales del programa, cada usuario y usuaria participa en sesiones individualizadas donde se lleva un seguimiento de la situación actual de cada persona, con el objetivo de que consiga materializar sus objetivos a corto y largo plazo. También se llevan a cabo sesiones de grupo para promover la integración social y afianzar la confianza, y en este marco, durante los últimos dos meses se ha trabajado en las dinámicas familiares y en la importancia que tienen en el proceso de cambio, ya que supone una fuente de motivación para los usuarios y usuarias. Estas actividades tienen como finalidad analizar y desarrollar aspectos esenciales de la vida, como las escalas de valores aprendidas en el núcleo familiar, las habilidades de comunicación y autorreflexión, etc.
Una rehabilitación exitosa implica un gran esfuerzo por parte de las personas usuarias, ya que deben cambiar hábitos e incluso abordar temas que, por su connotación dolorosa, no se atrevían a compartir. De esta forma, todas las dinámicas realizadas a lo largo de las sesiones ofrecen herramientas útiles para que cada persona logre su completa reinserción social. Al finalizar cada sesión, se realizan puestas en común para que todos los usuarios y usuarias se abran con sinceridad sobre sus emociones y vivencias, una actividad que les permite sentirse más aliviados y seguros.
De esta forma, los programas nocturnos de rehabilitación para adicciones pueden llegar a transformar vidas y beneficiar a la sociedad en general, generando mayor concienciación y apoyo social; fomentando la colaboración entre organizaciones y la difusión de buenas prácticas en la intervención; y mejorando la calidad de vida de la comunidad a través de los beneficios que obtienen las personas que siguen su proceso de deshabituación e inserción social en estos programas.