El Programa para Personas sin Hogar con Problemas de Adicciones, desarrollado en la Región de Murcia por Fundación Diagrama con la financiación de la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad del Gobierno murciano, tiene como objetivo generar cambios progresivos y permanentes en el estilo de vida de las personas en situación de calle, abordando los hábitos insanos que muchas veces acompañan a este colectivo, como la dieta desequilibrada, el sedentarismo o el consumo de sustancias.
A lo largo del año 2024, este programa ha atendido a 42 personas usuarias de entidades como Jesús Abandonado, Hogar Sí de la Fundación RAIS, Tienda Asilo o el Servicio de Emergencia y Acción Social (SEMAS). Las sesiones se han llevado a cabo en las sedes de estos organismos.
Tras la valoración inicial de cada persona, se realiza un plan individualizado de tratamiento con unos objetivos a corto y largo plazo. Posteriormente, se realizan intervenciones grupales cada semana que abordan temáticas cómo los hábitos saludables o la perspectiva de género, usando una metodología práctica y participativa que incluye dinámicas psicoeducativas y puestas en común entre todo el grupo. Asimismo, se llevan a cabo sesiones individuales para realizar un trabajo específico sobre la situación personal de cada persona usuaria, abordando los aspectos que los equipos de trabajo social y psicología de las diversas entidades observan en el día a día.
El enfoque principal es la promoción de hábitos saludables, la eliminación de aquellos que son perjudiciales y la gestión de las emociones, con el objetivo de mejorar la salud física, mental y emocional de las personas sin hogar y su bienestar integral. Cada semana se trabaja en la incorporación de un hábito saludable o en la eliminación de un hábito insano, siguiendo un enfoque gradual y adaptado a las necesidades de cada individuo. Esto incluye prácticas como la mejora de la alimentación, la actividad física regular, la gestión del estrés, la mejora del sueño y la reducción de comportamientos destructivos, como el consumo de sustancias, reforzando además la motivación, la resiliencia y el compromiso con el cambio.
Las personas usuarias valoran muy positivamente (3,98 sobre 4) la intervención psicológica que se realiza en el programa. Muchos mencionan que el simple hecho de poder trabajar semanalmente en un nuevo hábito y cambiar pequeñas conductas les da un sentido de control sobre su vida, mejora su autoestima y reduce su ansiedad, estrés y depresión, sintiéndose más capaces de superar otros retos cotidianos. Las personas participantes también subrayan la importancia de crear un ambiente de apoyo mutuo donde puedan compartir sus logros y recibir refuerzo positivo tanto de sus compañeros como de los profesionales. Además, reconocen que este enfoque contribuye a una reintegración social más efectiva, ya que sienten que pueden asumir la responsabilidad de su bienestar.