En el marco del Programa Medioambiental Naturae que se lleva a cabo en el centro de internamiento ‘Las Lagunillas’ de Jaén, el pasado 10 de marzo un grupo de tres jóvenes y cuatro educadores de este recurso socioeducativo tomaron parte en una actividad de reforestación y creación de un jardín urbano en la localidad jiennense de Mengíbar, concretamente en el Parque Empresarial Geolit. La iniciativa fue organizada por la Asociación Vuela Alto, el Grupo Avanza y el propio centro ‘Las Lagunillas’, y en ella colaboró también el CEIP ‘Santa María Magdalena’ de este municipio.
Además de la presencia del equipo y las personas usuarias del centro gestionado por Fundación Diagrama, y dependiente de la Consejería de Justicia, Administración Local y Función Pública de la Junta de Andalucía, el acto reunió a un centenar de personas, incluyendo a Mª José Lara, delegada territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul en Jaén; Juan Bravo, alcalde de Mengíbar; representantes de la Asociación Vuela Alto, el Grupo Avanza y el Parque Empresarial Geolit; personas con discapacidad intelectual y del desarrollo atendidas por Vuela Alto y sus familiares; alumnado y profesorado de 6º de Primaria del CEIP ‘Santa María Magdalena’; y dos agentes y una técnica de medio ambiente del Ayuntamiento mengibareño.
Tras la presentación de las autoridades presentes, uno de los agentes medioambientales explicó la primera actividad que se iba a llevar a cabo: la suelta de tres cernícalos comunes que se habían rescatado y rehabilitado en el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas ‘Quiebrajano’ durante las últimas semanas. Unos jóvenes de ‘Las Lagunillas’ se encargó de soltar una de las aves, en cuyo cuidado había participado dentro de las actividades del Programa Naturae.
Posteriormente, el otro agente de medio ambiente explicó los pasos a seguir para plantar un árbol, dando paso a la reforestación completa de la zona, que será denominada Jardín Avanza. Los jóvenes y educadores del centro ‘Las Lagunillas’ ejercieron de monitores de esta tarea, ayudando al resto de niños y niñas a plantar y realizar el primer riego de unos 100 ejemplares de árboles y arbustos autóctonos, como romero, tomillo, lavanda, taray y sabina.
Con esta actividad no solo se fomenta el cuidado y respeto del medio ambiente entre los menores atendidos en el centro, sino que también se promueve el valor de la colaboración, el altruismo y la empatía. Los jóvenes comparten tareas y objetivos con otros colectivos, participan en acciones donde tienen que ayudar y dejarse ayudar, interaccionar y convivir, opinar y sentir que se les tiene en cuenta, y esto les hace descubrir sus propias cualidades y ponerlas al servicio de los demás, lo que les reporta numerosos beneficios personales, emocionales y sociales.