Hablamos con Anabel Perales, coordinadora de la Red de Atención a Víctimas de Violencia de Género de Cantabria, dependiente de la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte del Gobierno cántabro y gestionado por Fundación Diagrama, sobre su experiencia personal en la entidad y sobre la importante labor social que se realiza a través de estos recursos.
¿Cuándo comenzaste tu aventura profesional en Fundación Diagrama? ¿Cómo recuerdas aquel momento?
Empecé en la Fundación en el año 2017. Fue un momento muy especial, lleno de ilusión, expectación, interés y con una enorme motivación por emprender y participar en un nuevo proyecto laboral.
Desde entonces, ¿cómo describirías tu evolución en la entidad?
La evolución ha sido muy positiva tanto a nivel profesional como personal. A nivel profesional destacaría las oportunidades de formación y aprendizaje que Fundación Diagrama me ha proporcionado, permitiendo mi desarrollo como psicóloga especializada en violencia de género inicialmente y como coordinadora de la Red de Atención a Víctimas de Violencia de Género en Cantabria posteriormente. A nivel personal, destaco el compañerismo, apoyo y buenos momentos compartidos con el resto de compañeros de la Fundación.
En la actualidad, ¿cómo es el día a día de tu trabajo?
Muy dinámico y centrado en dar respuesta a distintos desafíos. Entre las actividades que realizo en mi trabajo destacan el proporcionar apoyo y seguimiento técnico a los equipos profesionales de la Red, realizar labores de coordinación, tanto internas como con distintos recursos, entidades y profesionales, con objeto de favorecer y desarrollar un trabajo en red. En ocasiones, también participo en actividades de formación en violencia de género y violencia sexual a otros profesionales. Otros aspectos de mi trabajo tienen que ver con la gestión de personal y equipos de trabajo.
¿Qué labores se llevan a cabo desde la Red de Atención a Víctimas de Violencia de Género de Cantabria?
Proporcionamos una atención especializada, individualizada y multidisciplinar a las víctimas de violencia de género, tanto en el ámbito de la pareja como víctimas de violencia sexual. En este sentido, destacan los servicios de atención psicológica, jurídica, social o de orientación laboral proporcionados desde los Centros de Información y Atención Integral (CIAI) de Santander, Torrelavega y Laredo. También proporcionamos una atención residencial a víctimas de violencia de género y sus hijos/as y personas dependientes de ellas que necesiten abandonar su domicilio como consecuencia de la violencia sufrida, a través de dos Centros de Emergencia y Acogida y varios pisos tutelados.
¿Cuál es el circuito de atención que se realiza con una persona desde que entra en la Red hasta que finaliza su etapa en el servicio?
Depende mucho del caso. Una de las características principales del servicio es la atención individualizada, centrada en la mujer y menores víctimas, con respeto absoluto a sus tiempos y procesos, basado en la confianza en la capacidad de cambio que poseen las personas usuarias del servicio. En términos generales, la atención se inicia con una evaluación de la situación y circunstancias específicas de las víctimas (mujeres y menores), sus demandas, necesidades, sintomatología asociada… Una vez realizada esta evaluación se diseña un Plan Individualizado de Intervención, donde se trata de dar respuesta a las demandas y necesidades de la mujer y sus menores, de forma consensuada con ellas y totalmente individualizada. Entre las respuestas pueden estar la atención social, la atención psicológica para ella y sus menores, el acceso al sistema de acogimiento.
¿En qué aspectos se hacen mayor hincapié a lo largo de este proceso de atención a las usuarias?
Son muchos los aspectos en los que tratamos de incidir y que consideramos principios orientadores del servicio. Entre ellos podemos destacar la perspectiva de género que aplicamos de forma transversal durante todo el proceso de evaluación e intervención, la individualización de cada caso, la confianza en la capacidad de las mujeres y menores para el cambio, el respeto a los tiempos y procesos personales de cada víctima, la participación activa de las personas usuarias en su proceso de intervención, el empoderamiento como clave imprescindible de la atención integral o la potencialidad y sinergia de los espacios grupales.
¿Consideras importante el trabajo que se realiza a través de programas, centros y recursos de estas características?
No solo lo considero importante, sino que es imprescindible. La violencia de género la sufren las mujeres, pero es un problema social que nos atañe a todos, hombres y mujeres. Si como sociedad no somos capaces de eliminar la violencia de género que sufren mujeres y menores, tenemos el imperativo de proporcionar un sistema de atención a las víctimas de estos delitos que permitan su acompañamiento, la recuperación en los distintos planos afectados por la violencia sufrida, su inserción y participación en la sociedad, etc.
A nivel personal, ¿qué supone para ti la oportunidad de desempeñar este trabajo? ¿Qué es lo más satisfactorio del mismo?
Es un trabajo muy exigente en el plano personal y emocional, ya que a diario atendemos a mujeres y menores que han sufrido situaciones de violencia que provocan sufrimiento, dolor e impotencia, y eso evidentemente también tiene un efecto en los profesionales que atienden a estas víctimas. Ahora bien, es también un privilegio tener el ejemplo diario de mujeres y menores que no se rinden, que poseen una gran fortaleza y valentía para hacer frente al daño. ¿Lo más satisfactorio? Cuando eres testigo de la recuperación y de la capacidad de las mujeres y menores para sobrevivir al daño y sobreponerse a él, de vencer a la violencia en definitiva.
¿Tienes algún recuerdo especialmente emotivo de estos años como coordinadora de la Red?
Tengo muchos, pero quizá lo más emotivo sea echar la vista atrás y ver todo lo que hemos avanzado en la atención a las víctimas de violencia de género, proporcionando una atención cada vez más especializada, individualizada y eficaz. También comprobar todo lo que hemos crecido como equipo, la cohesión y el apoyo alcanzado entre todos los profesionales de la Red.
Esta entrevista se publica el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha de la que, cada año, Fundación Diagrama se hace eco a través de numerosas actividades e iniciativas. ¿Se vive de un modo especial cuando se trabaja en este ámbito?
Para nosotras es una fecha muy especial y siempre tratamos de realizar actividades específicamente diseñadas para este día. Este año, por ejemplo, hemos celebrado un Certamen Literario dirigido a las usuarias de la Red, también participamos en ponencias y actividades formativas, realizamos talleres y actividades vinculados a la historia del 25N tanto en los CIAI como en los Centros de Emergencia y Acogida. Los profesionales de la Red reivindicamos a diario la eliminación de cualquier forma de violencia hacia la mujer, pero es cierto que el mes de noviembre, y en concreto el 25N, supone un valioso altavoz para enviar nuestro mensaje.
¿Cuál es la mayor lección profesional y personal que has aprendido en tu trabajo en Fundación Diagrama?
La mayor lección son los valores de la honestidad, del esfuerzo, del compañerismo y de la colaboración.