Pasar al contenido principal

Un centenar de menores atendidos por Fundación Diagrama en centros reeducativos de la Comunitat Valenciana colaboran en el acondicionamiento de parques naturales de Alicante, Valencia y Castellón

Un centenar de menores que cumplen una medida judicial en centros de reeducación gestionados por Fundación Diagrama en la Comunidad Valenciana, en dependencia de la Conselleria de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana, han participado durante el primer semestre de este año en las tareas de conservación y mejora de los espacios protegidos de esta comunidad, fruto del acuerdo entre las consellerias de Bienestar Social y de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente. En concreto, han participado jóvenes atendidos en los centros ‘Pi Gros’ de Castellón, ‘La Villa’ de Villena (Alicante), ‘Els Reiets’ de Alicante y ‘Mariano Ribera’ de Burjassot (Valencia).

La secretaria autonómica de Servicios Sociales y Solidaridad, Lucía Cerón, explicó que los jóvenes, junto a los guías, monitores y responsables de dinamización de los parques, han puesto en práctica los conocimientos adquiridos en los talleres formativos de educación medioambiental, conservación de la biodiversidad y protección de los recursos forestales. Las actividades que han desarrollado los jóvenes en los Parques Naturales van desde la poda de árboles y tratamiento de la vegetación silvestre hasta la eliminación de especies exóticas y la limpieza de acequias, entre otros. También han realizado tareas de señalización y de repoblación de especies autóctonas.

Durante los seis primeros meses de este año, el programa se ha desarrollado en el Parque Natural de Sierra de Espadán, el Parque Natural del Desert de les Palmes, el Parque Natural del Turia, el Parque natural de la Albufera, el Parque Natural de la Font Roja y el Parque Natural Serra Grossa.

Al respecto, Lucía Cerón destacó “la función social y educativa de la iniciativa, porque posibilita la integración de un colectivo con dificultades”. Con estas actividades, los menores “aprenden a valorar su entorno y a trabajar en equipo con otros voluntarios. Al mismo tiempo se propicia una actitud positiva hacia la sociedad, y los jóvenes tienen la posibilidad de reparar el daño social que su actitud ha causado”. Asimismo, subrayó el valor que tiene para los chicos “adquirir conocimientos, habilidades y destrezas que inciden en su proceso de integración social y en su desarrollo y crecimiento personal, como la cooperación, la conciencia medioambiental y el compromiso del voluntariado”.