Charlamos con los miembros del grupo de música Refuerzo Positivo, compuesto por jóvenes y profesionales del centro educativo 'La Cañada' de Fernán Caballero (Ciudad Real), dependiente de la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha y gestionado por Fundación Diagrama, acerca del origen de esta iniciativa, las actuaciones más especiales que han llevado a cabo hasta ahora, la importancia que tiene la música en sus vidas y los sueños artísticos que tienen de cara al futuro.
¿Cómo y en qué momento surgió la idea de formar el grupo Refuerzo Positivo?
Dirección: Llevamos desde 2014 desarrollando el proyecto mediante un taller de música, el cual ha ido cambiando a lo largo del tiempo adaptándose a los chicos y chicas que iban participando. Siempre se ha contado con profesionales y educadores del recurso que se han implicado de forma muy especial en el desarrollo del taller; trabajadores que ya contaban con formación musical y que han ido incluso ampliando sus conocimientos a la par que los propios menores. Con el esfuerzo y empeño de todos ha sido posible realizar actuaciones musicales no solo en el centro, sino fuera del mismo. Para el grupo de música de ‘La Cañada’ han sido muy importantes como aprendizaje las actuaciones realizadas en el recurso. Fuera del centro, las que han tenido mayor repercusión han sido las participaciones en las Galas de Acción Social organizadas por la Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de Ciudad Real, participando en la II y III edición y compartiendo escenario en la última ocasión con la mismísima Rozalén.
Chus Romero (vocalista): Llevábamos un tiempo queriéndole dar un papel importante a la música, ya que es una herramienta aparentemente lúdica pero muy efectiva a la hora de darle un aire diferente a las dinámicas y actividades que desarrollamos normalmente. La música es curativa.
Toni (guitarrista): El objetivo es poder ayudar a los menores con inquietudes artísticas a expresarse mediante la música, siempre con el ánimo de sacar el máximo de lo que tienen y que descubran así que, si se lo proponen, son capaces de llegar tan lejos como quieran. El nombre del grupo en concreto surgió a raíz de la propuesta del Ayuntamiento de Ciudad Real para participar en la II Gala de Acción Social. Los menores decidieron este nombre, antes había tenido otros como Los Créditos. Hay que señalar también que el grupo siempre está en evolución, ya que los menores que participan en él van cambiando progresivamente.
Gemma (profesora de lengua de signos): Una vez creado el grupo, se pensó en hacerlo más accesible y de ahí surgió la idea de incorporar un elemento más, la lengua de signos.
Manuel (guitarrista): Llegué a ‘La Cañada’ en 2015, desde otro centro de Fundación Diagrama en Alicante, y había dos educadores ya trabajando el taller de música con los jóvenes. La idea estaba ya formada y en marcha y tuve la suerte de entrar enseguida a formar parte y aportar mi granito de arena. Más tarde fuimos ampliando instrumentos y repertorio y comenzamos a hacer pequeñas actuaciones. Recuerdo con mucha ilusión los primeros momentos.
¿Cómo recordáis los primeros pasos del grupo? ¿En qué aspectos se hizo mayor hincapié en esa fase inicial?
Toni: Tanto en el inicio como en la actualidad, el mayor hincapié se hace en disfrutar con lo que se hace y con lo que aprenden los menores. Siempre estamos en una fase inicial, dada la naturaleza de nuestro trabajo: los jóvenes llegan y se marchan, por lo que existe un componente de incertidumbre tanto para ellos como para nosotros, que lo hace al mismo tiempo más emocionante. Intentamos que esta pequeña formación que reciben sea lo más completa posible, adaptándola a sus capacidades, haciendo que pasen por varios instrumentos y amplíen su experiencia.
Chus: Los primeros momentos los recuerdo con mucha ilusión, por fin la música adquiría un papel importante. Los chicos asumían esa responsabilidad de formar parte de algo y de cumplir para que su parte saliese lo mejor posible. Los comienzos siempre son difíciles: nervios, exigencias por parte de los profes, ganas, empeño por que todo salga bien… Ha habido momentos tensos, por supuesto, no todo es de color rosa, pero recompensa. El primer objetivo que se marcó fue aquella gala, y ahí vimos que somos un equipo y que nos ayudamos unos a otros: hubo emociones, nervios positivos por querer hacerlo bien, compañerismo y mucha complicidad.
Gemma: En el momento en el que se incorpora la lengua de signos surge un reto, ya que es una lengua bastante compleja que los menores no conocen y con la que no están familiarizados. Lo veían como mover las manos y ya está, no eran conscientes de que tras cada signo, movimiento, configuración, giro o expresión facial se esconden diferentes significados. El objetivo era hacerles comprender que existe un sector de la población que posee una serie de características o circunstancias por las cuales no pueden ‘escuchar’ la música como lo hacen ellos, pero sí que pueden disfrutar de ella. A partir de aquí, pueden concienciarse de que la música es accesible para todos, que no es necesario cantar con palabras sino que pueden transmitir emociones y sentimientos a través del movimiento de las manos o la expresión facial, y que la persona sorda que los está viendo está comprendiendo y escuchando la canción igual que cualquier otra persona. Los están entendiendo y se están haciendo entender.
¿Qué significa la música para vosotros? ¿Qué papel juega en vuestro día a día?
Toni: Parte de mi vida es poco. Llevo tocando desde los 9 años y durante mucho tiempo ha sido un trabajo para mí de manera parcial. He sido alumno, profesor, he pertenecido a grupos, orquestas, he tocado con artistas a los que admiro y me ha proporcionado momentos más grandes y especiales de mi vida. Sencillamente, no concibo la vida sin música.
Gemma: La música para mí es una forma de expresión, una forma de darse a conocer y de conocer ciertos aspectos de una misma, de sacar aquello que se lleva dentro y que a veces cuesta comprender. Una forma de expresar cómo te encuentras en cada momento, algo que va ligado a las emociones.
Manuel: Desde pequeñito toco la guitarra. Creo que la música me ha acompañado siempre. Sirve para conectar con los demás.
Chus: Lo tengo claro, la música da vida. En mi casa no hay momento que no se escuche un cántico. Siempre me ha acompañado.
¿Qué esperáis del futuro de Refuerzo Positivo? ¿Cómo os planteáis la evolución del grupo?
Gemma: Esperamos poder seguir trabajando con ellos, llegar a conseguir una relación de reciprocidad entre ellos mismos y con los educadores y que muestren el mismo compromiso, empatía, curiosidad y ganas de transmitir que han mostrado hasta el momento. Que desarrollen sentimientos como la tolerancia y la solidaridad, y que conozcan diferentes formas de expresión y nuevos métodos de comunicación, como en este caso con la lengua de signos. Que sean conscientes de que en la sociedad en la que viven es necesaria la accesibilidad y que deben colaborar y ser partícipes para hacerlo posible.
Chus: Solo espero continuidad, darle forma a este proyecto e intentar que no flojee en ningún momento. El vínculo que se crea gracias a este grupo entre los jóvenes y los educadores es muy especial y gratificante.
En términos estrictamente relacionados con la intervención, ¿en qué aspectos se nota una mayor evolución con los menores desde que existe Refuerzo Positivo?
Toni: Los menores con inquietudes musicales van a ser quienes demanden esta actividad, pero para participar en ella, su evolución debe ser favorable, por lo que requiere de una motivación, un esfuerzo y un compromiso formar parte del grupo.
Manuel: Los jóvenes, sobre todo cuando tenemos actuaciones, viven la experiencia con nervios e ilusión. Ya el hecho de salir del centro, montar el equipo, las pruebas de sonido y los nervios previos hacen que sientan el grupo como propio. Creo que les da cierta autonomía y responsabilidad. También sirve para eso.
Chus: Refuerzo Positivo sirve para crear lazos y compartir emociones y momentos únicos. Formar parte de un grupo o equipo te da millones de valores como la responsabilidad, el compañerismo, la solidaridad, el compromiso, muchísimo conocimiento de diferentes estilos musicales e instrumentos y, por supuesto, el gran descubrimiento que ha sido para los chicos la lengua de signos.
Gemma: Podemos observar una mayor fluidez a la hora de comunicarse y de hacerse entender. En cuanto a la lengua de signos, presentan curiosidad por saber más sobre cómo es y cómo se usa. Van tomando conciencia de que no es algo inventado, sino que es una lengua más, que tiene una estructura, un vocabulario, una gramática, etc. También son conscientes que no solo se puede cantar con la voz o con un instrumento. Y de que no sólo las palabras comunican, sino que pueden expresarse y hacerse entender a través del uso de todo su cuerpo.
Habéis tenido la oportunidad de actuar junto a la cantante Rozalén en la III Gala de Acción Social organizada por el Ayuntamiento de Ciudad Real. ¿Cómo vivisteis aquella experiencia?
N.M. (guitarrista): Con mucha ilusión y con bastantes nervios, más que en otras ocasiones cuando hemos interpretado el tema. Al principio teníamos miedo de no hacerlo bien, pero van desapareciendo una vez te subes al escenario e interpretas el primer tema. Cuando finalizamos el concierto y nos felicitaron nos sentimos bastante orgullosos de nosotros mismos. No es sencillo subir a un escenario por primera vez.
A.F.O. (batería): Tocar la batería junto a Rozalén fue una gran experiencia, ya que me motivó y me esforcé más al interpretar el tema con su propia autora. Además recuerdo que me atreví a improvisar, salió fenomenal. Fue un gran concierto.
N.F.R. (intérprete de lengua de signos): Si durante otras actuaciones he sentido nervios y he tenido ilusión por que llegase el día, imaginad el día que Rozalén sube al escenario. No tengo palabras para describir ese sentimiento.
De cara al futuro, ¿con qué artistas os gustaría hacer una colaboración?
M.M.A.F. (vocalista): Durante el tiempo que estaré en ‘La Cañada’, me encantaría cantar con Beret, sería un sueño hecho realidad, tiene muchos temas con los que me siento identificada y a veces escucharlo me ayuda a evadirme o a reflexionar.
A.F.O.: Me encantaría poder compartir escenario con artistas como Ayax y Prox, Melendi, Manuel Carrasco y muchos otros más. Sus estilos musicales permiten adaptarlos al instrumento.
N.M.: Hay bastantes artistas con los que me gustaría compartir escenario. Me encantaría poder conocer a Melendi, sé que es una persona increíble y que muchas de sus letras mandan mensajes muy positivos, de igualdad y superación.
N.F.R.: Me gustaría ser intérprete de Carmen Boza por ejemplo, creo que esta artista podría estar a nuestro alcance y podríamos hacer una buena actuación con ella.
Seguro que desde que formasteis el grupo habéis vivido muchas experiencias y tendréis un montón de anécdotas, ¿hay alguna que destacáis de manera especial?
M.M.A.F.: He vivido muchas, en concreto diría que en alguna ocasión durante una actuación he olvidado la letra o he repetido el estribillo y he tenido que improvisar para salir del paso. Cuando luego lo recordamos con los compañeros nos reímos mucho. Afortunadamente, siempre ha quedado fenomenal.
A.F.O.: Hay una divertida; mis profes me pidieron un autógrafo de Rozalén, ella me los firmó, lo gracioso fue que con la emoción se me olvidó pedirle uno para mí (risas). Además, me quedo con el momento en el que iniciamos una canción y, dado que soy el batería, doy el paso con las baquetas y entramos en acción.
N.M.: En el ensayo final para la actuación con Rozalén, estar en el Museo nosotros solos, montando el audio y las posiciones, escuchando y viendo a mis compañeros ensayar…
N.F.R.: Hay vivencias del día a día que podría contar, pero me quedo con la siguiente: estábamos ensayando para uno de los conciertos cuando, en una de las canciones, una palabra de la letra no sonaba muy apropiada, por lo que queríamos cambiarla por otra que funcionara igual. Comenzamos a proponer opciones y terminamos haciendo un rap que estuvieron cantando en el resto de los centros. Fue muy gracioso.